domingo, 14 de junio de 2020

El paseo continúa, y me viene a la mente que es lo que me ha llevado a este lugar, no es más que buscar algún animal viviendo en libertad junto a este canal arbolado en todo su trayecto, tengo claro el concepto fotográfico, capturar la belleza y el momento en una foto, si expreso sentimiento muchísimo mejor.
Al dirigir la mirada hacia el canal de regadío siempre con la misma cantidad de agua, turbia y marron a causa de las lluvias caídas los días anteriores,  Observo a un metro del agua aves veloces, supongo sean aviadores o golondrinas tijeretas en vuelo rasante capturando mosquitos, es increíble, que con esa velocidad, agilidad y movimientos bruscos impredecibles sean capaces de ver y cazar al vuelo su alimento favorito, insectos varios.
Sigo con la vista su vuelo y descubro entre los árboles, apoyados, en un par de ramas unas cuantas crías de este  ave, observan a su madre cazar y gritan todos abriendo el pico en cuanto se acerca con una presa, les hice varias fotos, incluso creo que demasiadas a estos pequeños.
Me quedo y os enseño una de ellas, hermosa por su mirada penetrante, tras el descubrimiento de la presencia de un humano fotógrafo que viene a alterar su paz y quizá la ausencia de alimento por parte de su madre, donde hasta ahora solo tenía una preocupación, que es alimentar a sus polluelos, entra en juego el temor, poniendolos a salvo en otro lugar, quizá otro árbol próximo o quizá vuelvan a su ramita en ausencia de este humano que os escribe.

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