domingo, 17 de mayo de 2020

Erodium o Pico de cigüeña, alfilerillos, relojitos (en mi tierra), camino de Casalobos, Picón, o quien sabe depende de donde vivas, alfiler de pastor.

Su vida gira como un reloj, tiene las horas contadas desde el mismo día que decidió despedirse de su madre
.- Adiós mamá, seré como tú, igual de grande, no lo dudes.- se despide la semilla dejándose llevar por el fuerte viento en este día, se ha ido preparando para marchar, desecandose, hay que aprovechar estos momentos para llegar lejos, muy lejos, oquizá a mejores tierras.
Aunque no tiene ojos, tiene meses por delante para buscar un recoveco, lugar donde escavar, la fortuna decidirá el lugar.
.-Me voy secando con este sol, y esperaré a la humedad matinal o a que llueva, para seguir reptando, me gusta esta tierra.- piensa la semilla, a su lado siente a sus hermanas, pero está deseando desplazarse más lejos y así no molestarse en el crecimiento. Todas las semillas sueñan con la conquita de un nuevo lugar.
Días más tarde llueve, la semilla se humedece y siente como su cuerpo se estira de nuevo.
.- Por fin, ya puedo seguir reptando.
Como una danza silenciosa se va secando y reptando día tras día, hasta encontrar su hogar.
Tras el invierno, con la esperanza de su fortura se convertira en madre, en una madre planta Erodium.

Hasta la planta más humilde tiene su secreto, este peculiar secreto por convergencia evolutiva sirve para estudiar un problema que tenemos los humanos.- De aquí sale la conocida "memoria de forma" en algunos tipos de madera donde se retuercen al encontrar humedad y posteriormente enrollarse tras secarse, quizá hace millones de años fueron semillas reptando igual que un Erodium.

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