El Chantre de Calahorra, parte 2:
.- Perdonad amigos, ¿cómo os llamáis?
.- Yo soy Teodoro de Calahorra y él es Teófilo de Arnedo
.- Bienvenidos, paisanos, un placer encontraros, por estas tierras siempre
seréis bien recibidos, ir por esa senda con prudencia y espero no empeoren
vuestras dolencias, es muy importante ir aseado y llevar algo en el estómago.
Con Dios.- Y sin dilación Pascual continúa andando.
Piensa en sus años por Calahorra, y sus años chicos, el viaje que le llevó a su
familia de nómadas con el ganado a las tierras de Miranda.
El Chantre le llaman por el cante (en francés) al ser el maestro cantor en los templos
principales, de Calahorra, porque es donde el Obispado pertenece, y
casualmente, es también de allí, .- Hasta nuestros límites del Obispado no
tendremos problemas, comentaba su padre.
Por suerte, las amistades le han llevado a primiciero, o lo que es lo mismo
recaudar primicias o prestaciones que se dan a la iglesia.
Se dirige hacia las ganaderías, justo al lado de las Juderías, estos judíos
cada vez vienen más y poco aportan a la iglesia católica, cualquier día se lía
gorda.
.- Buenas tardes, señora Paca, vaya niebla hay hoy más intensa por el rio, he
visto algunos cuantos patos que bien se pueden despistar para un guiso,
aproveche cuando vaya a la colada.
Paca es una señora de mediana edad bajita y entrada en carnes, viuda del
difunto obrador de Panadero, aunque es raro hoy en día casa que no tiene su
propio asador.
Se dirige con un par de cestos conteniendo ropa de sus hijos, nada menos que 6.
.- ¿Que tal tus hijos Paca?.
.- Jeje, pues ahora que lo comenta don Pascual, por ahí andan los chicos detrás
de unos cuantos Gansos, a ver si tenemos suerte y comemos algo sólido hoy,
estos Condes no dejan nada de caza para los lugareños.- Sonríe la Paca, a su
misma vez pone cara de tristeza,. ¿Qué tal está la Antoñeta? , sé que está en
el hospital para pobres, por favor llévese unas cuantas hogazas y que no le
falte a ella, vaya a mi casa que allí están mis hijas y le darán gustosamente
pan que hemos podido hacer con las escasez de harina que tenemos.
.- Muchas gracias, Dios se lo pague, lo descontaré del recaudo mensual para la
iglesia, es usted una santa, pena que tenga que cuidar de sus hijos, serían
buenas manos en nuestro hospital. La Antoñeta, le voy a ser sincero, la pierna
se ha gangrenado la semana pasada y se la hemos tenido que cortar, la pobre ha
sufrido mucho, y ahora tiene fiebres altas y muchos sudores, dudo tenga ganas
de llevarse un trozo de pan a la boca.
.- Pobre Antoñeta, de matrona ya he asistido unas cuantas veces, así que si el
tiempo me lo permite me acercaré alguna hora para echar una mano.
.- ¿Ha visto a mi hermano por aquí? le ando buscando.
.- Estará donde siempre con su amigo en San Nicolás, vaya dos.- gestos de
aspavientos a la vez que habla.- De todas formas ya sabe usted que no
hace más que despotricar sobre su presencia, así que ándese con cuidado.
.- Es mi hermano, no creo yo que sea capaz de hacerme nada, es verdad que yo
nunca le he hecho ningún daño pero ya de niños siempre me ha tenido envidia por
cada gesto de nuestros padres que en paz descansen, en el fondo quiero pensar
que es buena persona, pero no hago vida de él.
.- Deliciosos los cantes del Domingo, don Chantre, es un placer escuchar sus
cánticos del coro en Santa María.
.- Muchas gracias Señora Paca, vaya usted con Dios, voy a ver si encuentro a
éste pícaro, mucho me temo que la esté liando por la Judería.
.- Adiós Don Pascual.
.- Con dios Doña Paca.
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