El Chantre de Calahorra parte 3
Una hora después, Teodoro y Teófilo regresan de beber unos buenos tragos de
leche con pan, gracias a las monedas que les dio D. Pascual. Observan una
enriquecedora y apetecible estampa, unos muchachos al acecho de unos
Gansos, que gracias a la niebla les van a pillar por sorpresa,
.- Que tiempos aquellos en los que yo podía cazar como ellos -le comenta, medio
susurrando entre dientes Teófilo a Teodoro.
.- Tú deja que cacen no espantemos la presa, aún no hemos molestado,
vamos por ese camino que se acerca más al pueblo.
Cuanto más se separan del río, más queda atrás la niebla, es perpetua en su
lecho.
Les permite observar a lo lejos al Chantre, se encuentra justo dos pasos
antes de entrar por la puerta de San Nicolás.
.- ¡Don Pascual, espere!, -grita Teodoro.
Don Pascual se gira sobre sí mismo saludando con la mano, en ese preciso
momento cae estrepitosamente un saco sobre la cabeza de Pascual, el sonido seco
acompaña con todo su peso al movimiento violento contra el suelo.
.- Dios santo, .- consigue decir Teófilo mientras Teodoro permanece con la boca
abierta.
Teófilo hecha a correr apresuradamente, Teodoro reacciona y le sigue.
Cuando llegan a la altura de Pascual retiran el Saco, el cual se encontraba
encima de la cabeza del mismo aplastándola contra el suelo.
.- Despierte Don Pascual, lo agitan violentamente pero no reciben respuesta.
.-¡aaaahhhhh!.- Escuchan a la vuelta de la esquina a una señora gritar. ¡ a mi
la guardia, unos vagabundos están atracando a Don Pascual! , grita Doña Paca
que al escuchar el golpe seco se ha acercado a la vuelta de la esquina a ver lo
que sucedía.
.- ¡No le hemos hecho nada!, Se defiende Teodoro.
Mala suerte tienen los dos visitantes porque escuchan acercarse a dos jinetes
galopando tras la señora Paca.
Paca señala y gesticula con el dedo acusatoriamente hacia ellos.
El instinto de supervivencia, o los nervios, quien sabe por qué, obligan a
correr hacia el lado opuesto a Teófilo.
Uno de los jinetes llega y señala con la espada a Teodoro, inmóvil ante los
acontecimientos, .-¡Sepárese de ese cuerpo y póngase contra la pared!.
Mientras tanto el otro jinete atraviesa con su espada la espalda de
Teófilo, causándole una muerte rápida y segura, con un movimiento seguro y
firme, retira la espada de su espalda de la que brota como de un río se tratara
la sangre de Teófilo, el caballero se gira dirigiéndose hacia donde se
encuentra su compañero dejando con desprecio el cuerpo abandonado y sin vida
tirado en el suelo.
Cuando se acerca a su compañero, este ya se encuentra inspeccionando a Don
Pascual.
.- ¡Le han golpeado con saco y se ha roto el cuello en la caída.! .- Le dice un
jinete a otro.
Teodoro mira incrédulo la situación, preso del pánico, se ha quedado sin habla.
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